Ejemplos del TAR
Caso
de Southern New Hampshire University (SNHU)
SNHU es una
Universidad en USA. Era una universidad
promedio, no de las TOP, con un costo promedio, un campus promedio, y una
reputación promedio. Tenía grandes retos
para crecer, y cada año, entraba en la lucha de seducir bachilleres recién
graduados a considerarla como una opción de educación aceptable a un precio
aceptable, la misma propuesta de valor de otros cientos de universidades.
SNHU tenía una pequeña
universidad en línea, la cual funcionaba como un producto marginal, al que no
le prestaban especial atención, ni representaba especial valor al negocio.
Alguna vez, tras haber
estado en un conversatorio sobre la teoría de TARs, el director empezó a
observar de forma diferente el negocio y sus clientes, los estudiantes. Por esos días, estuvo en la graduación de la
universidad en línea, y le llamó la atención la emoción especial que sentían
los graduandos al recibir su diploma, y la celebración que hacían sus
acompañantes. Era una emoción especial,
diferente a los programas tradicionales.
Empezó a investigar
sobre estudiantes del programa online, y a encontrar un patrón: la mayoría eran
personas que habían interrumpido sus estudios por alguna razón, y en una etapa
más tardía de su vida (35-45 años) habían decidido retomar porque sentían una
barrera para seguir creciendo profesionalmente.
También encontró que todos mencionaban que lo hacían por alguien más,
sus hijos, esposos, padres, y que era un sacrificio pues combinaban el estudio
con trabajo y otras obligaciones.
Con este insight,
entendieron el TAR: Completar mis estudios de forma exitosa para retomar el
crecimiento profesional, sentirme realizado y superado, en un programa que
entienda mi contexto, facilite el estudio considerando mis tantas otras
ocupaciones.
Identificaron los
siguientes momentos de verdad:
Búsqueda: El
proceso típico es que un interesado completa un formulario en una página web, a
las 2 semanas recibe un paquete con los brochures y demás información. Si tiene preguntas, las envía a un email, y a
los días va recibiendo respuestas por este mismo medio.
Entendieron que para
este segmento, la búsqueda se daba principalmente en horarios nocturnos
(10pm-12pm), después de haber terminado todas las ocupaciones. Era motivada por un impulso, que se podía
desvanecer a los días, y que era difícil para el interesado darle continuidad a
la investigación por su limitación de tiempo.
Se hacía dentro de emociones por un lado aspiracionales de superación
por algún evento ocurrido recientemente, pero también dentro de ansiedad, inseguridad,
y muchas dudas particularmente: ¿si seré capaz? ¿si iré a tener el tiempo?
¿cuál es el programa y la universidad ideal para mi? ¿podré pagarla?
Diseñaron la experiencia
para aprovechar este impulso y tiempo disponible. Instauraron un call center con consejeros bien
capacitados, y disponibles en los horarios en los que se daban las búsquedas, tras
recibir una solicitud llamaban directamente al interesado en menos de 10
minutos. Los consejeros tenían las
herramientas para dar la asesoría necesaria y que la persona tuviera los
elementos para tomar una decisión.
Identificaron que las dudas más importantes eran sobre ayuda financiera,
y sobre homologación de materias ya completadas. Montaron un proceso para que los consejeros durante
la llamada dieran respuesta a estos dos temas.
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